La higiene bucal es algo muy importante, que aparte de ayudarnos a tener una sonrisa bonita o buen aliento, puede ayudarnos a evitar diferentes problemas de salud, que no tienen por qué afectar solamente a la cavidad bucal.
Debemos tener en cuenta que todas nuestras costumbres y vicios tales como la dieta alimentaria que estemos siguiendo, ser fumador, beber alcohol… afecta a la boca y a los dientes, y por tanto, también al resto de nuestro organismo. Por ejemplo, la boca es donde empieza la digestión de la comida que tomamos a lo largo del día. Si no hay una buena higiene bucal, los alimentos pueden verse afectados por las bacterias, y esto puede afectar a la digestión, derivando entonces a un problema de salud estomacal o intestinal.
Mantén una buena higiene dental
Existen muchas técnicas pero todas tienen puntos en común, ya que se basan en ser minuciosos, utilizar el tiempo que se necesite y seguir un orden ya establecido. La mejor manera es crear y mantener una rutina desde la infancia, para así evitar dejar alguna zona de la dentadura, incluso la línea de la encía, por limpiar.
El cepillado de dientes debe tener una duración entre 2 y 3 minutos, y hay que realizarlo, mínimo una vez al día, aunque todos sabemos que lo adecuado es después de cada comida.
¿Qué metodología emplear?
¿Qué metodología emplear?
La metodología general es empezar por la mitad inferior derecha, continuar por la izquierda y realizar lo mismo en la arcada superior, siguiendo con la parte interior, los bordes y finalmente, de atrás hacia adelante, la lengua.
Aun así, hay diferentes técnicas, tal como:
Técnica vertical: realizamos movimientos verticales, teniendo los dientes de la parte superior en contacto con los de la inferior.
Técnica horizontal: seguimos el mismo método que en la vertical, pero realizando los movimientos en horizontal.
Técnica circular: esta es la que más se recomienda para los niños. Se realizan movimientos circulares, abarcando desde la encía inferior a la superior, para así, además de eliminar la placa bacteriana, masajear las encías.
Técnica del rojo al blanco: movimientos verticales desde la encía hasta el diente. En la parte superior los movimientos son de arriba a abajo, y en la inferior, de abajo a arriba.
Técnica de Bass: es la más eficaz y por tanto la más recomendada. Hay que colocar el cepillo de dientes con una inclinación de 45º sobre la unión de la encía con el diente permitiendo a las cerdas penetrar ligeramente entre ambos. El cepillo no debe desplazarse y el movimiento tiene que ser vibratorio. Seguidamente, para poder limpiar bien los dientes, se realiza un barrido, ya sea de arriba abajo o al contrario, dependiendo si es la arcada inferior o la superior. Lo más importante, una vez finalizado el cepillado de los dientes, es limpiar el cepillo a conciencia, ya que acumula mucha placa bacteriana.
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