Uno de los mayores retos de la odontopediatría es ayudar a los
niños a que se sientan cómodos y venzan
su miedo a ir al dentista.
A nadie le gusta que le hurguen los
dientes, pero hay algunas personas que sienten realmente pánico -odontofobia se llama- a enfrentarse
cara a cara con el dentista. Expertos aseguran que el origen de este miedo está
vinculado a experiencias vividas en la niñez, por ello, es muy importante que
los dentistas asuman su responsabilidad de curar el trauma de los niños y que
no lo arrastren hasta la edad adulta.
Los padres por su parte también
tienen la obligación de contribuir: no debemos olvidar que los niños copian sus
actitudes, por lo que es fundamental que no transmitan a sus hijos el miedo de
acudir al odontólogo o de ir a una clinica dentista.
Queda claro pues que está en la mano
de odontólogos y padres que los niños superen este temor para ayudarlos a
mantener una higiene dental que dure toda su vida, pero ¿como hacerlo?
Causas
de la odontofobia
El primer paso para vencer este
temor es conocer las causas:
· Como ya hemos mencionado antes,
una causa es el propio miedo de los
padres.
· El miedo al dolor es otro motivo para temer la visita al
odotopediatra, ya que muchos niños no acuden al dentista hasta que sienten un
dolor grave, por lo que lo asocian.
· Si un niño no conoce el sitio al
que va y no sabe lo que le van a hacer puede surgir el miedo a lo desconocido.
· Cuando ha sufrido malas experiencias previas en el dentista es
normal que el niño desarrolle una fobia.
¿Qué
hacer para ayudar a quitarles el miedo?
Si sigues estos cinco simples
consejos la experiencia de acudir al odotopediatra será mucho más llevadera:
1- Convertir la visita al dentista
en un hábito, que acuda a revisiones
anuales y no solo cuando surja algún problema.Si el niño conoce a los doctores
de antemano confiará más en ellos y no tendrá miedo de que le vayan a hacer
daño.
2- El espacio de la clínica tiene que estar especializados en público infantil. Si un niño acude a una
clínica adaptada a su edad (cuentos, decoración infantil…) se va a sentir mucho
más relajado, y si además ve a otros niños que también están citados se
normaliza la situación.
3- Que te atiendan buenos profesionales que sepan tratar
con niños. El dentista ha de ser agradable y preguntarle por detalles
personales de su vida (como su nombre, asignaturas favoritas, aficiones…), de
esta manera se creará un clima de confianza que ayudará a ganarse su confianza.
4- Los pequeños incentivos también ayudan para hacer más amena la visita
al dentista. Si le premias con regalos como pegatinas o pequeños juguetes y le
felicitas por ser “tan valiente” no tendrá tanto miedo de volver.
5- Es fundamental también que el
odontólogo le escuche y que le pueda contar sus miedos. Por otra parte, este no tiene que mentirle, no hay que decir que no le va a doler o no te van a
pinchar. Así estamos perdiendo toda la credibilidad.
Y recuerda: ¡la salud dental diaria
es lo más importante!
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